MENOPAUSIA, PSICOLOGÍA Y SEXUALIDAD: CÓMO HACER QUE SE RELACIONEN BIEN
¿Has entrado en la menopausia, estás atravesando la perimenopausia, o eres consciente de que en algún momento te llegará? ¿Tienes alguien cerca que lo está pasando? Si la respuesta es sí a cualquiera de estas posibilidades, te interesa leer esto.
Dejo para otros profesionales de la salud las consecuencias fisiológicas de esta etapa de la vida, sus repercusiones tanto directas como indirectas sobre la salud en general, que demasiado a menudo no son tenidas en cuenta a la hora de valorar posibles causas de alguna dolencia y que cuando se examinan con detenimiento se pueden relacionar.
Me quiero centrar en lo que me compete, es decir, las implicaciones de la menopausia tanto en el estado psicológico como en la sexualidad.
De entrada, al igual que sucede en la adolescencia, nos encontramos con un baile hormonal bastante importante, y dada la implicación directa de las hormonas en el estado emocional, van a aparecer grandes vaivenes en el estado de ánimo: se puede pasar de la euforia a la irritabilidad, de que todo te moleste a enternecerte y llorar por cualquier cosa.
Va a depender de ciertos factores, como el conocimiento previo de esta fase, las circunstancias vitales que se estén dando en ese momento, la comprensión y el apoyo que la mujer reciba de su entorno, que esa fase pasajera se atraviese sin grandes repercusiones psicológicas y se llegue a un estado más estable y sereno una vez las hormonas encuentren un nuevo equilibrio, que puedo prometer que llega.
Por desgracia esta fase puede coincidir con circunstancias vitales adversas del tipo que sean (imaginemos una perimenopausia y una adolescencia a la vez en la misma casa, o incluso una crianza temprana con la exigencia física y mental que conlleva), con una falta de entendimiento propio o ajeno o incluso con reproches, problemas de relación, de aceptación de los cambios físicos y de la propia imagen, o cualesquiera otra incidencia difícil que la vida te puede traer.
Si eso ocurre, existe el riesgo de caer en algún trastorno del estado de ánimo que si no es bien atendido y tratado puede cronificarse o empeorar. Hace poco se hablaba en un periódico nacional del pico de presentación de psicosis que se suele dar en mujeres alrededor de esta etapa. Al final, es un periodo de cambio, de reajuste hormonal, de reequilibrio de condiciones físicas y mentales, que como cualquier otro, necesita conocimiento y comprensión para pasarlo con tranquilidad.
Respecto a la sexualidad, tenemos factores también derivados de los cambios hormonales que a bastantes mujeres, no a todas, se les presentan, y son la disminución en la lubricación vaginal y la atrofia de las paredes de la vagina.
Si esto no se tiene en cuenta, ocurre que demasiado a menudo me encuentro en consulta con vaginismo (contracción muscular involuntaria de la vagina que impide totalmente la penetración) y dispareunia (molestia, dolor o escozor durante la penetración vaginal) secundarios, que aparecen tras la menopausia, y se pueden tratar, sí, pero que son totalmente evitables teniendo presentes algunos puntos.
-Ante la más mínima molestia durante la penetración, no callar y seguir porque «total, no voy a cortar el rollo ahora, me aguanto un poquito y ya está». Eso nunca. Decir claramente lo que ocurre, buscar una actividad sexual alternativa, son lo indicado si no queremos que esa ligera molestia vaya a más y convierta la penetración en algo doloroso que lleva en muchos casos a evitar las relaciones sexuales.
Este en mi opinión es el auténtico motivo del tan nombrado descenso de deseo sexual asociado a la menopausia, además de por supuesto las sensaciones de soledad y malestar que como hemos visto pueden presentarse y que lógicamente van a incidir también en este deseo. Recordemos en cualquier caso que en este terreno como en otros, se va prefiriendo calidad a cantidad.
-Además de los lubricantes: ej. aceite de Pompeya, y otros humectantes con base de aceite o de agua, es conveniente saber que existen tratamientos de radiofrecuencia que fortalecen la pared vaginal y aumentan la lubricación, que constituyen una excelente ayuda para mejorar las molestias vaginales.
-Ampliar el foco de lo que es y puede ser sexualidad, sumando caricias, tiempo e imaginación a lo que se venía haciendo, para seguir disfrutando de esa parte de la vida que puede ser tan satisfactoria o más que antes.
Recuerdo la escena de una película, no recuerdo el nombre, en que dos mujeres mayores hablaban de una tercera, mucho más joven, en peligro por una enfermedad, y decían que ojalá pudiera vivir para experimentar, entre otras muchas cosas, lo buena que la sexualidad podía llegar a ser con el tiempo y la experiencia, como ellas bien sabían.



